Este libro recrea las memorias íntimas de un emperador
romano del siglo II, imaginadas y compuestas en lenguaje actual por una
escritora francesa del siglo XX. La tarea resulta tan abrumadora que una
persona con una pizca menos de talento que la Yourcenar habría, sin duda alguna,
fracasado con estrépito. Sin embargo, esta obra se convirtió, ya desde su
publicación (1951) en una de las creaciones literarias más celebradas de su
época, maravillando y sorprendiendo tanto por la precisión de su lenguaje como
por la sensibilidad con la que expone el pensamiento romano clásico. Aunque se
la siga considerando una “novela histórica”— sin duda por pereza— lo cierto es
que de “novela” —entendida como una narración de eventos en los que se ven
involucrados varios personajes— no tiene mucho. Histórica sí que es, por
supuesto, en el sentido de que sucede en tiempos pasados, aunque ese suceder se
centre más en las elucubraciones del personaje principal que en otros
escenarios más geográficos. De todos modos, su historicidad es innegable porque
nos abre con efectividad al conocimiento de una determinada época. Al acabar de
leer este libro cuenta uno con una idea mucho más clara del período histórico
en cuestión (en este caso el imperio romano), y eso es algo de lo que pocas
novelas históricas pueden presumir. Además, también es divertido, permítanme
que lo diga en contra de la opinión de quienes han abordado su lectura buscando
las aventuras de una novela formal. Aquí las aventuras y las emociones suceden
en el ámbito mental, no siendo, por ello, menos emocionantes.
Pero ya vale de abstracciones que tampoco nos dicen mucho
del libro en sí y pasemos a leer cachitos del libro mismo, las citas. Pretendo
que este comentario sirva como sustituto del pasar las hojas curiosa y
aleatoriamente en el pasillo de una librería, aunque con la pequeña ayuda
mágica de dirigir el ojo a las frases escogidas de antemano por alguien que ha
leído todo el libro. Vayamos allá sin mayor dilación, a lo concreto. Las citas del libro aparecerán
en negrita (letra resaltada, más fruesa). Los comentarios van en letra normal y
serán escasos pues uno de los principales atractivos de esta obra se encuentra
en el estilo arcaico y estetizante que utiliza Margarite para hablar por boca
de Adriano. Si este comentarista lo explicara todo en lenguaje vulgar se
estaría perdiendo la pátina poética del asunto y el placer de descubrir que
está queriendo decir el autor a su críptico modo.Muchas veces conocer el
contexto con detalle nos despistaría, así que he peferido dejar muchas citas
casi desnudas; no creo que pasen frío porque hay mucha energía en ellas.
Recomiendo, eso sí, leerlas despacio
Pero mejor empecemos por el principio.
El libro arranca eligiendo como epígrafe un poema que
compuso el emperador Adriano en su lecho de muerte, con la intención de despedirse
de su alma. El poema se nos presenta en su latín original y en letras
mayúsculas.
ANIMULA VAGULA,
BLANDULA,
HOSPES COMESQUE
CORPORIS,
QUAE NUNC
ABIBIS IN LOCA
PALLIDULA,
RÍGIDA, NUDULA,
NEC, UT SOLIS,
DABIS IOCOS…
Esta cita en forma de poema hace honor a su función
introductoria pues anticipa de modo insuperable el tono y contenido del libro
que prologa. Me gustaría explicar en pocas palabras el sentido del poema, pero
dado que mentes mucho más preclaras que la mía se han afanado durante siglos
por extraer el significado original, real, final, profundo, filosófico o
incluso religioso, de estos cinco versos, he optado por el camino de en medio: que
sean ustedes quienes lo interpreten a su propio gusto y entendimiento. Para que
puedan hacerlo sin necesidad de aprender latín, copio a continuación tres
versiones en castellano del poema (se pueden encontrar muchas más por la red),
siendo la primera una traducción automática, la segunda la traducción de Julio
Cortázar (quien también tradujo del francés el libro que estamos comentando), y
la tercera (en negrita por ser cita del libro) una reinterpretación del poema
por parte de la autora de esta obra, Marguerite Yourcenar, que ella misma
utiliza para acabar las memorias con el mismo regusto con el que las inició.
Dulce alma pequeña
viajando,
Los invitados y el
cuerpo.
Ahora irás a
lugares
Pálido, rígido,
desnudo,
Tampoco, como el
sol, cederás lugares…
«Mínima alma mía,
tierna y flotante
/ huésped y compañera de mi cuerpo
/ descenderás a
esos parajes pálidos, rígidos y desnudos,
/ donde habrás de
renunciar a los juegos de antaño.
Mínima alma
mía, tierna y flotante
/ huésped y
compañera de mi cuerpo
/ descenderás a
esos parajes pálidos, rígidos y desnudos,
; Allí
abandonarás tu juego de antaño. Pero un momento más
, contemplemos
juntos estas costas familiares, estos objetos que sin duda no volveremos a ver
Intentemos, si
podemos, entrar en la muerte con los ojos abiertos…
antes de seguir, querido lector, permíteme decirte que si
has llegado hasta aquí sin impacientarte demasiado es muy posible que disfrutes
con las Memorias de Adriano que aquí comentamos. Así que, sin más exordios, preámbulos
o prolegómenos, acabemos ya con el proemio y vayamos al meollo del comentario,
las citas escogidas.. Recuérdese que las citas del libro van en negrita; el
resto lo conforman mis mínimos comentarios.
Citar el principio es ineludidble.
Querido Marco: He ido esta mañana a ver a mi médico Hermógenes,
que acaba de eegresar a la villa después
de un largo viaje por Asia.
Con esta frase tan redonda nos introduce en e l tema del
cuerpo mortal. Empiezan las memorias, pues, hablando de la muerte.
Esta mañana pensé po primera vez que mi cuerpo, ese compañero
fiel, ese amigo más seguro y mejor conocido que mi alma, no es más que un
monstruo solapado que acabará por devorar a su amo. Haya paz… Decir que mis días
están contados no tiene sentido, así fue siempre y así será para todos… Comoel viajero ue navega frente a las
islas del Archipiélago ve alzarse al anochecer la bruma luminosa y descubre oco
a poco la línea de la costa,así empiezo a percibir el perfil de mi muerte.
Luego, quizá por compensar, habla de los placeres de la
caza, de la comida…, y de la bebida.
Una copa dd Samos
bebida a mediodía a pleno sol, o bien absorbida una noche de invierno, en un
estado de fatiga que permite sentir en lo hondo del diafragma su cálido
vertimiento, su segura y ardiente dispersión en nuestras arterias, es un
sensación casi sagrada, a veces demasiado intensa para una cabeza humana… Más piadosamente
aún el agua bebida en el hueco de la mano, o de la misma fuente, hace fluir en
nosotros la sal secreta de la tierra y la lluvia del cielo.
Y los compara con los placeres del amor.
No es indispensable que el bebedor abdique de su razón, pero el amante que conserva la
suya no obedece del todo a su dios… No se ha engañado la tradición popular ue
siempre vio en el amor un forma de iniciación, uno de los puntos de contacto de
lo secreto y lo sagrado. La experiencia sensual se semeja además a los
misterios en que la primera aproximación produce en el no iniciado el efecto de
un rito más o menos aterrador, escandalosamente alejado d las funciones
familiares, del sueño, del beber y del comer.
Y nos maravilla con la siguiente intuición física y fugaz,
que nos deja con las ganas de saber qué habrá aprendido.
Clavado en el cuerpo uerido como un crucificado a su
cruz, he aprendido algunos secretos d la vida ue se embotan ya en mi recuerdo,
sometidos a la misma ley que quiere que el convaleciente, una vez curado, cese
de conocerse en ls misteriosas verdades de su mal, que el prisionero librado
olvide la tortura, o que el vencedor ya sobrio, la gloria.
Se disculpa por adorar el amor pero no haber sido un
seductor, porque…
Preferí hacer, si no algo mejor, por lo menos otra cosa…
Jamás he podido comprender que pueda uno saciarse de un ser.
Maravillosa declaración de amor al amor. La, prostitución, por cierto, tampoco le agrada.
Me desagrada que una criatura sea capaz de calcular y prever
mi deseo, adaptándose mecánicamene a lo que pesume ser mi elección.
Se ueja también de que con l edad, otra felicidad, el
sueño, le abandona.
Me esfuerzo para aprehender otra vz la exacta sensación de
aqeullos fulminanates de la adolscencia, cuando uno se dormía vestido sobre los
libros, arrancado de golpe de ls matemáticas o el deecho, sumido en lo hondo de
un sueño sólido y pleno…
Y posigue diciendo eu hay que er humildepara apreciar sus
bondades. Dormidos. Cayo Calígula y Srístidesel Justo se equivalen; yo no me
distingo del servidor negro que duerme atravesado en mi umbral.
Ysigue rumiando en un tono cda vez más educativo, pensando
sin duda que sus exxperiencias podrán ilustrar
a alguien.
La palabra escrita me enseñó a escuchar la voz humana, un
poco como las grandes actitudes inmóviles de ls estatuas me enseñaon a apreciar
los gestos. En cambio, y posteriomente, la vida me aclaró los libros. Pero
todo no se puede enseñar… aún a Plutarco se le escapará siempre
Alejandro.
Intena definirse, encontrar coherencia en su persona.
Lo que fui es quizá lo que más ajustadamente define mi v
ida. UN buen soldado peo en modo alguno un hombe de guerra, aficionado al arte
pero no ese artista que Nerón creyó ser al morir; capaz de cometer crímenes, pero
no abrumado por ellos… El paisaje de mis días parece estar compuesto, como las regiones
montañosas, de materiales diversos amontonados sin orden alguno. Veo allí mi naturaleza,
ya ompleja formada por partes iguales de instinto y de cultura. Aquí y allá
afloran los ganitos de lo inevitable, por doquier los desmoronamientos del
azar… demasiados caminos no llevan a ninguna pre y demasiadas sumas no
adicionan. En esta diversidad percibo la forma de una presencia de una persona, pero su forma
está casi siempre configurada po la presión de las circunstancias. Sus rasgos
se confunden como una imagen reflejada en el agua
Una vez expuesta a brochazos por Adriano la complejidad de
su propia naturaleza prefiero que ese copmentarista quede detrás de las
cortinas para que sea el lector quien saque su propio jugo a las citas
expuestas a modo de poemas. Es posible se pierda algún contexto,pero el sentido
saldrá ganando al quedar iluminado por su propia luz. Disfrutemos pues del
adriano deMargarite sumergiéndonos en sus palabras sin Intermediarios. Mi tarea
ahora consiste en mostrar y dejar ver, spartándome. Que las explicaciones, si
necesarias, se formen espontáneamente en la mente del lector. Usteden lo pasen
bien sin mis acotaciones muchas veces redundantes y/o prosaicas. Disfruten del
arte en su propio jugo.
En el momento de escribir esto por ejemplo no me parece
esencial a ver sido emperador
cuando los mismos
filósofos no tienen nada que decirnos es excusable volverse hacia el parloteo
fortuito de las aves y hacia el lejano contrapeso de los astros.
Mi abuelo hablaba el latín con un ronco acento español
que me transmitió y que más tarde fue motivo de risa.Gozaba de un singular
poder sobre los animales. Le he visto acercar su cabeza cana a un nudo nido de
Víboras prudente y amistosamente he visto sus dedos nudosos que ejecutaban una
especie de danza frente a un lagarto.
una noche vino a mí, me sacudió p<r< despertarme y
me anunció el imperio del mundo con el mismo laconismo gruñón que hubiera
empleado para predecir una buena cosecha a las gentes de la granja
La gramática con su mezcla de regla lógica y de uso
arbitrario propone al joven las primicias de lo que más tarde le ofrecerán las
Ciencias de la conducta humana, el derecho o la moral: todos los sistemas donde
el hombre ha codificado su experiencia instintiva
no estoy seguro de que el descubrimiento del amor sea por
fuerza más delicioso que el de la poesía
Nada iguala la belleza de una inscripción votiva o
funeraria latina
El médico Leotiquidas, de espíritu seco, me enseñó a
preferir las cosas a las palabras a desconfiar de las fórmulas a observar más
que a juzgar. Aquel áspero griego me enseñó el método.
imposible pensar sin ruborizarme en mi ignorancia del
mundo que creía conocer, mi impaciencia, esa especie de ambición frívola y
avidez grosera
Mi apetito de “gloria”, para dar este hermoso nombre
apasionado al prurito de oír hablar de nosotros, era ya innegable
No era muy querido. Nohabía ninguna razón para que lo
fuera. ciertos rasgos, por ejemplo, la afición a las artes que pasaban
inadvertidos en el colegio real de Atenas y que serían más o menos aceptados en
el emperador resultaban incómodos en el oficial y el magistrado en los primeros
peldaños de la autoridad. Mi helenismo se prestaba a las sonrisas tanto más que
yo lo exhibía y lo disimulaba alternativamente.
Abandoné Atenas, reseca y rubia, por la ciudad donde
hombres envueltos en pesadas togas luchan contra el viento de febrero donde el
lujo y el libertinaje están privados de encanto pero donde las menores decisiones
afectan al destino de una parte del mundo
Me esfuerzo para que mi actitud esté tan lejos de la fría
superioridad del filósofo como de la arrogancia del César los hombres más
opacos emiten algún resplandor este asesino toca bien la flauta ese
contramaestre que desgarra la teatros la espalda de los esclavos es quizá un
buen hijo ese ****** compartiría conmigo su último mendrugo y pocos hay que no
puedan enseñarnos alguna cosa
el Dios que llevan en ellos se revela muchas veces cuando
mueren
No me interesaba una filosofía de la libertad humana. Quería
hallar la charnela donde nuestra voluntad se articula con el destino donde la
disciplina secunda a la A la naturaleza en vez de frenarla
la atención del Ejército había dejado de concentrarse en
las querellas de Palacio para fijarse en los Asuntos Exteriores del imperio
nuestras tropas no sé reducían ya a una banda de lictores prontos a aclamar o a
degollar z cualquiera. Los oficiales más inteligentes se esforzaban por
distinguir un plan general y no oslmente el suyo propio
el patriotismo romano, la creencia inquebrantable en los
beneficios de nuestra autoridad y en la misión de Roma sobre los pueblos,
asumían en aquellos profesionales una brutalidad a la cual yo no estaba aún
acostumbrado
Me placía frecuentar a los bárbaros. Allí adoré a la
diosa tierra como aquí adoramos a la diosa Roma y no hablo de Ceres sino de una
divinidad más antigua anterior a la invención de los cultos cultivos. Nuestro
suelo griego o latino sostenido por la osamenta de las rocas posee la elegancia
ceñida de un cuerpo masculino; la tierra es cita tenía la abundancia algo
pesada de un cuerpo de declinado de mujer. La llanura solo acababa en el cielo.
Frente al milagro de los ríos mi maravilla no tenía fin; aquella vasta tierra
vacía era tan solo una pendiente y un lecho para ellos
El tipo de coraje que me gustaría poseer de continuo es
glacial indiferente ,libre de toda excitación física impasible como la
ecuanimidad de un Dios
Fui iniciado al culto de mitra en una Torrecilla de
madera y juncos a orilla del Danubio teniendo por asistente a marcio turbo mi
compañero de armas me acuerdo de que el peso de toro agonizante estuvo a punto
de derrumbar el piso bajo el cuidado a la altura me hallaba para recibir la
sangrienta aspersión
Hoy consagro un pensamiento de cada dos a mi propio film
como si se necesitaron tantos preparativos para decidir a este cuerpo gastado a
lo inevitable
Contiene muchedumbres
Versos personajes reinaban en mí sucesivamente ninguno
por mucho tiempo pero el tirano caído recobraba rápidamente el poder ,
Diversos personajes reinaban en mi sucesivamente ninguno
por mucho tiempo el tirano caído recobraba rápidamente el poder, tampoco
olvidemos al innoble adulador que para no desagradar consentía en emborracharse
en la mesa imperial; albergaba así al
oficial escrupuloso fanático de disciplina pero que compartía alegremente las
privaciones de la guerra con sus hombres al melancólico soñador de los diosesAl
amante dispuesto a todo por un poco de vértigoal jovenzuelo que propinaba que
opinaba cualquier cosa con ridícula seguridad al conversador frívolo capaz de
perder a un buen amigo por una frase ingeniosa al soldado que cumplía con
precisión maquinal sus bajas tareas de gladiador y mencionemos también a ese
personaje vacante sin nombre sin lugar en la historia tan yo como todos los
otros simple juguete de las cosas,ninás ni menos que un cuerpo escondido
en su lecho de campaña distraído por un olor ocupado por un aliento vagamente
atento al eterno zumbido de abeja
Y sin embargo poco a poco un recién venido entraba en
función un hombre de teatro un director de escena conocía el nombre de mis
actores arreglaba para ellos entradas y salidas plausibles cortaban las
réplicas inútiles evitaba gradualmente los efectos vulgares por fin a no abusar
del monólogo poco a poco mis actos me iban formando
La familia y las comparsas españolas apuntaban en la mesa
imperial una espesa cordura algo como una rancia prudencia emanaba de sus
personas
mis aventuras eran modestas pero teniendo en cuenta
nuestras costumbres no entiendo cómo un hombre a quien las cortesanas
repugnaron siempre y a quien el matrimonio hartaba ya hubiera podido
familiarizarse de otra manera con la variada sociedad de las mujeres
Amantes.
una melancolía un ardor un tanto ficticio pero
obsesionante con una melodía en el modo frigio besos furtivos en las escaleras
velos flotantes sobre los pechos partidas al Alba y coronas de flores
abandonadas en los umbrales. Ignoraba casi todo de las mujeres lo que me daban
de su vida que había entre 2 puertas entornadas.
Solía comparar a mis
amantes con el rostro malhumorado de las mujeres de mi familia las
administradoras y las ambiciosas ocupadas sin cesar en la liquidación de las
cuentas matrimoniales. Buscaba si bien o mal,reunir esas dos caras del mundo de
las mujeres los recuerdos voluptuosos si alguna vez los hubo se habían borrado
completamente para mí que daba un intercambio de frases afables con una
criatura marcada como yo por la enfermedad o la vejez la misma buena voluntad
algo impaciente que habría mostrado ante una vieja prima española o una prima
lejana venida de Narbona.
se sentó en el suelo
figurilla jugadora de dados vació el saco de monedas y se puso a equilibrar las
pilas resplandecientes yo sabía que para ella como para todos nosotros los
pródigos las piezas de oro no eran monedas trabucantes marcadas con la cabeza
de César sino una materia mágica: una moneda personal en la que había estampado
la efigie de una quimera al lado del bailarín Batilo. Yo no existía ya.Ella estaba
sola. Casi fea, arrugando la frente con una deliciosa indiferencia por su
belleza hacía y deshacía con los dedos las difíciles sumas empleada la boca en
un mohín de colegiala. Jamás me pareció más encantadora.
Administración y ejército
Despedí a los funcionarios incapaces mandé ejecutar a los
peores descubrí que podía ser despiadado
No incurría en la ingenuidad de creer que de nosotros
dependería siempre evitar las guerras pero solo aceptaba las defensivas
concedía un Ejército preparado para mantener el orden en las fronteras rectificadas
si fuese necesario pero seguras todo nuevo desarrollo del vasto organismo
imperial se me antojaba una excelencia maligna un cáncer o el edema de una
hidropesía que terminaría matándonos.
si el grupo de mis
partidarios iba en aumento lo mismo ocurría con el de mis enemigos mi
adversario más peligroso era Lucio quieto romano mestizado en árabe personaje
que me era odioso su lujo bárbaro el presuntuoso ondular de sus velos blancos
ceñidos con una cuerda de oro sus ojos arrogantes y falsos su increíble
crueldad con los vencidos y los que se sometían. Aquellos jefes del partido
militar se diezmaban en luchas intestinas
Las huellas de nuestros crímenes eran visibles en todas
partes los muros de corinto arruinados por meño y los nichos vacíos en el fondo
de los santuarios después del rapto de estatuas organizado durante el
escandaloso viaje de nerón.
Grecia
entreveía la
posibilidad de helenizar a los bárbaros de aticizar a Roma. de imponer poco a
poco al mundo la única cultura que ha sabido prepararse un día de lo monstruoso,
de lo informe, de lo inmóvil, que ha inventado una definición del método, una
teoría de la política y de la belleza el leve desdén de los griegos que jamás
dejé de sentir por debajo de sus más ardientes homenajes no me ofendía; lo
encontraba natural; cualesquiera fuesen las virtudes que me distinguían de ellos,
siempre sería yo menos sutil que un marinero de Egina, menos sensato que una
vendedora de hierbas del Ágora.Aceptaba sin irritación las complacencias algo
altaneras de aquella raza orgullosa
Judíos
Siento muy poca simpatía hacia esa secta judía pero el
espectáculo de los ancianos azotados y de los niños susupliciadosatribuyó a la
agitación de los espíritus haciendo aún más odioso aquel invierno siniestro
En Chipre los residentes griegos y romanos cayeron en
manos del populacho judío que los obligó a matarse entre ellos en combates de gladiadores.
Logré mantener el orden en Siria peo Israel aprovechaba para lanzarse contra un
mundo del que la excluían sus furores religiosos sus singulares ritos y la
intransigencia de su Dios.
Intrigas
ordené a mi médico que marcara en mi pecho con tinta roja
en lugar del corazón si prevenía lo peor no estaba dispuesto a caer vivo en
manos de Lucio quieto.
Envíe mensajes secretos a los oráculos a Júpiter amón, a Castalia,
a Zeus doliqueno me rodeé de Magos. llegué al punto de hacer traer de los
calabozos de antioquía a un criminal condenado a crucifixión y aquí el lunes es
cero degolló en mi presencia con la esperanza de que el alma flotando un
instante entre la vida y la muerte me revelará el porvenir aquel miserable se
salvó de una agonía más prolongada pero las preguntas formuladas quedaron sin
respuesta de noche andaba de vano en vano de balcón en balcón por las salas de
Palacio cuyo hermunduros mostraban aún las fisuras del terremoto trazando aquí
y allá cálculos astrológicos en las losas interrogando a las estrellas
titilantes pero los signos del porvenir había que buscarlos en la tierra
El Imperio
Los comerciantes al cargar sus mercaderías cargaban
también cierto número de ideas, de palabras de costumbres bien nuestras que
poco a poco se apoderarían del globo con mayor seguridad que las legiones en
marcha. La circulación del oro, el pso de las ideas, tan sutil como el del aire
vial en ls arterias; el pulso de la tierra volvía a latir.
Se imponía una
represión militar en Mauritania donde los agentes de Lucio quieto fomentaban la
agitación pero mi presencia inmediata no era necesaria. Lomismo ocurría en Bretaña
donde los caledonios habían aprovechado el retiro de las tropas con motivo de
la guerra en Asia para diezmar las insuficientes guarniciones fronterizas
Plítica
El Senado, ese vasto cuerpo débil pero que se volvía
poderoso apenas se sentía perseguido, no olvidaría nunca que cuatro hombres
salidos de sus filas habían sido ejecutados sumariamente por orden mía 3
integrantes y una bestia feroz pasarían por mártires ordené aAtiano que se me
reuniera en Roma se perpetuaría en la másBrindisi para darme cuenta de sus
actos
El circo.
Se insulta al prójimo cuando se desdeñan sus alegrías- Si
el espectáculo me repugnaba el esfuerzo de soportarlo era un ejercicio más
valioso que la lectura de epicteto
EL imperio
Roma ya no está en Roma tendrá que perecer o igualarse en
adelante a la mitad del mundo: estos muros que el sol poniente dora con un rosa
tan bello ya no son sus murallas; Ah yo mismo levanté buena parte de las
verdaderas a lo largo de las florestas germánicas y las landas bretonas.
Roma se perpetuaría en la más insignificante ciudad donde
los magistrados se esforzaran por verificar las pesas y medidas de los
comerciantes, barrer e iluminar las
calles oponerse al desorden, a la incuria, al miedo,, a la injusticia y volver
a interpretar razonablemente
las leyes
Me congratulaba de que nuestro pasado fuese lo bastante
amplio para proporcionarnos ejemplos sin aplastarnos con un exceso de peso; de
que el desarrollo de nuestras técnicas hubiera llegado al punto de facilitar la
higiene de las ciudades y la prosperidad de los pueblos sin exceder de la
medida y abrumar a los hombres con adquisiciones inútiles; de que nuestras
artes, árboles fatigados ya por la abundancia de sus dones, fueran todavía
capaces de dar algunos frutos deliciosos
Mi manera de obrar se basaba en una serie de
observaciones sobre mí mismo
Nuestras leyes civiles no serán nunca lo suficientemente
flexibles para adaptarse a la inmensa y fluida variedad de los hechos los
filósofos griegos nos han enseñado a conocer algo mejor la naturaleza humana
desde hace varias generaciones nuestros mejores juristas trabajan en pro del
sentido común toda ley demasiado transgredida es mala me proponía la prudente
eliminación de las leyes superfluas y la firme promulgación de un pequeño
cuerpo de decisiones prudentes
Los Los esclavos y los bárbaros
En España cerca de Tarragona un día que visitaba solo una
mina semi abandonada, un esclavo cuya larga vida había transcurrido casi por
completo en los corredores subterráneos, se lanzó sobre mí armado de un cuchillo.
Muy lógicamente se vengaba en el emperador de sus 43 años de servidumbre- Lo
desarmé fácilmente y lo entregué a mi médico; acabó convirtiéndose en un
servidor útil. Casi todos los hombres se parecen a ese esclavo; viven demasiado
sometidos y sus largos períodos de embotamiento se ven interrumpidos por
sublevaciones tanbrutales como inútiles.Aquel bárbaro condenado a trabajar en
ls minasse convirtió para mí en un emblema de todos nuestros esclavos, de todos
nuestros bárbaros. No me parecía imposible tratarlos como había tratado a ese
hombre volverlos inofensivos a fuerza de bondad siempre y cuando comprendieran
previamente que la mano que los desarmaba era firme
Las mujeres.
La situación de las mujeres se ve determinada por
extrañas condiciones: sometidas y protegidas a la vez, débiles y todopoderosas,
son demasiado despreciadas y demasiado respetadas. En este caos de hábitos
contradictorios lo social se superpone a lo natural y no es fácil distinguirlos.
La debilidad de las mujeres como la de los esclavos depende de su condición
legal; su fuerza se desquita en las cosas menudas donde el poder que ejercen es
casi ilimitado
Los comerciantes.
A veces nuestros comerciantes son nuestros mejores
geógrafos y astrónomos nuestros naturalistas más sabios; los banqueros se
cuentan entre los mejores conocedores de hombres. Utilicé las competencias;
luché con todas mis fuerzas contra las usurpaciones el apoyo dado a los armadores
ha duplicado los intercambios con países extranjeros; pude s #í, con poco gasto,
reforzar la poderosa flota imperial. la únicamanera de remediar los peligros de
esta situación consiste en tratar a estos indispensables negociantes como
funcionarios estrechamente vigilados
La administración.
A pesar del infinito cuidado en la elección de nuestros
sucesores, los césares mediocres siempre serán los más numerosos y por lo menos
una vez por diglo algún insensato llega al poder. En tiempos de crisis la
administración bien organizada podrá seguir atendiendo a lo esencial, drenar el
intervalo a veces demasiado largo entre uno y otro príncipe prudente.
Viajes
Pocos hombres aman durante mucho tiempo los viajes, esa
ruptura perpetua de los hábitos esa continua conmoción de todos los prejuicios.
Pero yo tendía a no tener ningún prejuicio y el mínimo de hábitos. En la vida
militar me habituaba nuevamente al pesado equipo de los días de maniobra, a ese
cambio de equilibrio que determina en todo el cuerpo la presencia del pesado
escudo en el brazo izquierdo.
Las ciudades
En un mundo que los bosques, el desierto, las llanuras
incultas cubren en su mayor parte, resulta bello el espectáculo de una calle
pavimentada, un templo dedicado a cualquier Dios, los baños y letrinas públicos,
la tienda donde el barbero discute con sus clientes las noticias de Roma, la de
pastelero, la del vendedor de sandalias, la del librero la enseña de un médico,
un teatro donde de tiempo en tiempo representan una pieza de Terencio. nuestros
exquisitos se quejan de la uniformidad de nuestras ciudades; lamentan encontrar
en todas partes la misma estatua del emperador y el mismo acueducto.Se
equivocan: la belleza de nimes difiere de la de Arlés
El arte y lo humano
Soy como nuestros escultores lo humano me satisface pues
allí encuentro todo hasta lo eterno. La floresta bien amada se resume para mí
íntegramente en la imagen del centauro. La tempestad nunca respira mejor que en
el enchido peplo de una diosa ,arina los objetos naturales, los emblemas
sagrados valen tan solo cuando están preñados de asociaciones humanas: la piña
fálica y fúnebre. el tazón de fuente con palomas que sugiere la siesta al borde
de los manantiales, el grifo que arrebata al cielo al bien amado.
Antinoo y el arte
Tan pronto otro ser se volvió importante para mi vida ,el
arte dejó de ser un lujo para convertirse en un recurso una forma de auxilio, Impuse
a un mundo esa imagen: actualmente hay más retratos de aquel niño que de
cualquier hombre ilustre o cualquier reina.
La educación, belleza y paz
Quería que las ciudades fueran espléndidas ventiladas,
regadas por aguas límpidas, pobladas por seres humanos cuyo cuerpo no se
hubiera estropeado por las marcas de la miseria, o la servidumbre, ni por la
hinchazón de una riqueza grosera; quería que los colegiales recitaran con voz
justa las lecciones de un buen saber, que las mujeres en sus hogares se
movieran con dignidad maternal, con una calma llena de fuerza; que los jóvenes
asistentes a los gimnasios no ignoraran los juegos ni las artes; que los
huertos dieran los más hermosos frutos y los campos las cosechas más ricas. Quería
que a todos llegara la inmensa majestad de la paz romana; que los filósofos
tuvieran su hogar y también lo tuvieran los bailarines… toda miseria, toda
brutalidad, debía suprimirse como otros tantos insultos al hermoso cuerpo de la
humanidad. Toda iniquidad era una nota falsa que debía evitarse en la armonía
de las esferas
Africa
Los hermosos guerreros tatuados de las montañas del Atlas
seguían inquietando las ciudades africanas costaneras. Durante unas breves
jornadas viví allí el equivalente númida de las luchas con los sármatas; volvía
a ver las tribus domadas un a una, la fiera sumisión de los jefes prosternados
en pleno desierto en un desorden de mujeres hatos y animales arrodillados. P #Nadaero
la arena reemplazaba allí a la nieve.
Los partos nos temían, nosotros desconfiábamos de los
partos. la guerra nacería del acoplamiento de nuestros dos temores
La India
Una noche durante una fiesta que daban en mi honor en la
tienda imperial advertí entre las mujeres y los pajes de largas pestañas a un
hombre desnudo, descarnado, completamente inmóvil cuyos enormes enormes ojos
parecían ignorar aquella confusión de platos cargados de carnes, de acróbatas y
bailarinas; le hablé valiéndome de mi intérprete; no se dignó contestar. Era un
sabio. Sus meditaciones lo llevaban a creer que Todo el universo no es más que
un tejido de ilusiones y errores. A través de las torpezas de mis intérpretes
presentía ciertas ideas que no habían sido enteramente extrañas a algunos de
nuestros filósofos.
Driano, dios u hombre ¿
En aquel entonces empecé a sentirme dios. No vayas a
engañarte, seguía siendo más que nunca el mismo hombre nutrido por los frutos y
los animales de la tierra, que devolvía al suelo los residuos de esos alimentos,
que sacrificaba el sueño a cada revolución de los astros, inquieto hasta la
locura cuando le faltaba demasiado tiempo la cálida presencia del amor. Las
azarosas experiencias de la Juventud habían llegado a su fin y también su
urgencia por gozar del tiempo que pasa. A los 44 años me sentía libre de
impaciencia, seguro de mí, tan perfecto como mi naturaleza me lo permitía
eterna entiende bien se trata aquí de una visión del intelecto los delirios si
es preciso darles ese nombre, vinieron más tarde. Yo era Dios sencillamente
porque era hombre
Antinoo
Aquella noche se leía una obra Asaz abstrusa de Licofrón
a quien admiro por sus alocadas
yuxtaposiciones de sonidos, alusiones e imágenes su complejo sistema de
reflejos y de ecos. Algo apartado, un muchacho escuchaba las difíciles estrofas
con una atención a la vez ausente y pensativa que me hizo pensar inmediatamente
en un pastor en lo hondo de los bosques vagamente atento a algún oscuro reclamo
de pájaro.
Descripción de un rostro que conocemos por múliples estatuas
Vuelvo a ver una cabeza inclinada bajo una cabellera
nocturna, ojos que el alargamiento de los párpados hacía parecer oblicuos, una
cara joven y ancha. aquel cuerpo delicado se modificó continuamente a la manera
de una planta, y algunas de sus alteraciones son imputables al tiempo. El niño
cambiaba, crecía una semana de indolencia bastaba para ablandarlo; una tarde de
caza le devolvía a su firmeza, su atlética rapidez. Las piernas algo pesadas
del potrillo se alargaro;n la mejilla perdió su delicada redondez infantil ahondándose
un poco bajo el pómulo saliente; el tórax en chido de aire del joven corredor
asumió las curvas lisas y pulidas de una garganta de bacante. El mohín
petulante de los labios se cargó de una ardiente amargura, de una triste saciedad.sí,
aquel rostro cambiaba como si yo lo esculpiera noche y día
Felicidad
Mi vida a la que todo llegaba tarde, el poder y aún la
felicidad adquiría un esplendor cenital, el brillo de las horas de la siesta en
que todo se sume en una atmósfera de oro, los objetos del aposento y el cuerpo
tendido a nuestro lado. la pasión colmada posee su inocencia casi tan frágil
como las otras; el resto de la belleza humana pasa a ser espectáculo, no era ya
la presa que yo había perseguido como cazador.
Releí a los poetas algunos me parecieron mejores que
antes y la mayoría peores y escribí versos que me dieron la impresión de ser
menos insuficientes que de costumbre.
Tuvimos el mar de los árboles, las florestas de
alcornoques y los pinares de bitinia; el pabellón de caza, con sus galerías
iluminadas en las que el niño, abandonándose al ambiente de su país natal, se
despojaba al azar de sus flechas, su daga, su cinturón de oro, se revolcaba con
los perros en los divanes de cuero
La música
He practicado un poco todas las artes, pero solo me he
ejercitado constantemente en el de los sonidos, donde me reconozco cierta
excelencia. En Roma disimulaba esa afición, a la que podía entregarme
discretamente en Atenas. Los músicos se reunían en el patio dónde había un
ciprés al pie de una estatua de Hermes. Amaba la viril austeridad de los Aires
dorios pero no me desagradaban las melodías voluptuosas o apasionadas, las
modulaciones patéticas o artificiosas, que las personas graves, cuya virtud
consiste en tenerlo todo, rechazan por considerarlas transtornadoras de los
sentidos o del corazón o del corazón. A través de las cuerdas entreveía el
perfil de mi joven camarada atentamente ocupado en cumplir su parte del
conjunto, y sus dedos que corrían a lo largo de los hilos tendidos
El amor y la felicidad post
Lejos de embellecer mi dicha distante tengo que luchar
para no empalidecer su imagen. Hasta su recuerdo es ya demasiado fuerte para mí.
Más sincero que la mayoría de los hombres, confieso sin ambages las causas
secretas de esa felicidad; aquella calma tan propicia para los trabajos y las
disciplinas del espíritu se me a Guapa ha dichontoja uno de los efectos más
bellos del amor. .. En la llanura se improvisó una carrera de caballos y danzas
en las cuales el adolescente bitinio
participó con una gracia fogosa; algo después junto a la última hoguera cantó
con su hermosa cabeza echada hacia atrás; aquella noche comparé mi vida con la
del gran gozador envejecido que cayera acribillado de flechas en aquel lugar
defendido por un joven amigo y llorado por una cortesana ateniense.
Ejemplos de césares
La lucidez y no la dureza de Tiberio; la erudición y no
la debilidad de Claudio; el sentido artístico y no la estúpida vanidad de nerón;
la bondad y no la insipidez de Tito; la economía y no la ridícula tacañería de
Vespasiano eran otros tantos ejemplos que me proponía a mí mismo. Aquellos
príncipes habían desempeñado su papel en los negocios humanos; ahora me incumbe
a mí elegir de entre sus actos aquellos que me importaba continuar,
consolidando los mejores, corrigiendo los peores, hasta el día en que otros
hombres, más o menos calificados pero igualmente responsables, se encargaran de
hacer otro tanto con los míos.
Su mujer.
Aquella española prematuramente envejecida se mostraba
grave y dura. agradecía a su frialdadque no hubiera tomado un amante; me
complacía que llevara dignamente sus velos de patrona, que eran casi velos de
viuda; me gustaba que en las monedas romanas figurara un perfil de emperatriz
llevando en el reverso una inscripción dedicada al pudor o a la tranquilidad
La muerte de Antinoo
Me digo que el suicidio no es infrecuente, y nada raro
morir a los 20 años; solo para mí la muerte de antínoo es un problema y una
catástrofe, pero no ignoro que hay que tener en cuenta las decisiones de ese
bello extranjero que sigue siendo a pesar de todo cada ser que amamos; al hacer
recaer toda la falta sobre mí reduzco la joven figura a las proporciones de una
estatuilla de cera que luego de plasmada hubiera aplastado con mis dedos; debo
dejar a ese niño el mérito de su propia muerte
África
Durante unos días fui un Marte desnudo con casco que
participaba de los ejercicios del campamento. Un orden inteligente regía
aquellas masas de ombres y animales de tiro, de mujeres bárbaras acompañadas de
robustos niños, que se agolpaban en las inmediaciones del pretorio para besarme
las manos.
Asia
Hubo también aquella noche de esmirna en que obligué al
bienamado a soportar la presencia de una cortesana; la idea que se hacía el
adolescente del amor continuaba siendo austera porque era exclusiva; su
repugnancia llegó a la náusea; más tarde se habituó.
Batidas preparadas como escenas teatrales precipitaban
manadas enteras de antílopes en redes de púrpura; antínoo se curvaba con todas
sus fuerzas para frenar el impulso de una pareja de panteras que tiraban de sus
pesados collares de oro; a cubierto de esos esplendores sellaron se los
acuerdos, las negociaciones me fueron invariablemente favorables: seguía siendo
el jugador que gana todas las manos. Con las disciplinas de antaño pasaba lo
que con las cadenas de que un bailarín se carga a fin de saltar mejor cuando
las arroja.
Comenzamos a ascender a caballo y luego a pie las
peligrosas sendas bordeadas de retama y lentiscos que conocíamos en plena noche
por su perfume. Por primera vez en la ascensión de una montaña me faltó el
aliento; tuve que apoyarme un momento en el hombro del preferido
Cacerías
2 años antes Africa me había ofrecido algunas hermosas
cacerías de fieras sabiéndolo demasiado joven e inexperto no había permitido
antino que figurara en primera línea por él yo era capaz de cobardías que jamás
me hubiera consentido cuando se trataba de mí mismo ahora cediendo como siempre
le prometí el papel principal en la caza del León no podía seguir tratándolo
como un niño estaba orgulloso de su fuerza juvenil
Improviaé una especie de festín; tendido boca abajo
frente a una bandeja de écobre, antínoo distribuyó con sus propias manos las
porciones del cordero cocido en la ceniza; bebimos vino de palmera en su honor;
la exaltación subía como un canto
Religiones
En Alejandría las religiones son tan variadas como los
negocios, pero la calidad del producto me parece más dudosa; los cristianos
sobre todo se distinguen por una abundancia inútil de sectas. Dos charlatanes
Valentino y basílides basílideintrigabanel uno contra el otro vigilados de cerca
por la policía romana La. hez del pueblo
egipcio aprovechaba cada bservancia ritual para precipitarse a garrote en mano
sobre los extranjeros. Las gentes a la moda cambian allí de Dios como en otras
partes se cambia de médico, y no con mejor suerte. El nonagenario Akiba, judíomuy
venerado, no tenía la menor idea de que pudiera razonarse sobre premisas
diferentes.
Turismo egipcio
Era el aniversario de la muerte de Osiris, Dios de las
agonías; a lo largo del río agudas lamentaciones resonaban desde hacía 3 días
en todas las aldeas; mis huéspedes romanos menos habituados que yo a los
misterios de Oriente mostraban cierta curiosidad por esas ceremonias de una
raza diferente; a mí me fatigaban. Había hecho amarrar mi barca a cierta
distancia de las otras, lejos de todo lugar habitado, pero un templo faraónico
semi abandonado alzá base cerca de la ribera y como conservaba aún su Colegio
de sacerdotes, no pude escapar del todo al resonar de las lamentaciones
Antinoo, dios
Aún en los momentos más torpes jamás había dudado de que
aquella juventud fuese divina. Grecia y Asia losvenerarían a nuestra usanza,
con juegos danzas. ofrendas espirituales al pie de una estatua blanca y desnuda.
Egipto que había asistido al agonía participaría también de la apoteosis; su
parte sería la más negra la más secreta la más dura: aquel país desempeñaría
para él la función eterna del embalsamador.
Su suicidio… un niño temeroso de perderlo todo había
hallado el medio de atarme a él para siempre; si había esperado protegerme
mediante su sacrificio, debió pensar que yo lo amaba muy poco para no darse
cuenta de que el peor de los males era el de perderlo.
Subí a la cubierta; el cielo aún negro,era el cielo de
bronce de los poemas de Homero, indiferente a las alegrías y a los males de los
hombres.
Una mañana apoyado en las jarcias vi en el sector
reservado a las cocinas que un esclavo destripaba uno de esos pollos que los
egipcios hacen nacer por millares en sucios hornos, tomando con ambas manos el
pegajoso montón de entrañas las tiró al agua. Apenas tuve tiempo de volver la
cabeza para vomitar en Gilaée, durante una fiesta ofrecida por el gobernador,
un niño de 3 años oscuro como el bronce, hijo de un portero nubio se deslizó
hasta las galerías del primer piso para contemplar los bailes, precipitándose
desde lo alto; el portero contenía los sollozos para no molestar a los
huéspedes de su amo. Lo hicieron salir con el cadáver por las puertas de las cocinas;
yo me sentía asumiendo aquel dolor de padre; dice que le dieran algunas monedas
de oro al miserable, qué más podía hacer; volví a verlo 2 días más tarde he
tendido al sol, en el umbral, se despiojaba beatíficamente
Embalsamamiento
Me acerqué tímidamente al muerto. Parecía disfrazado; el
rígido tocado egipcio cubría los cabellos; las piernas ceñidas por las vendas
no eran más que un paquete blanco, pero el perfil del joven halcón no había
cambiado; las pestañas vertían sobre las mejillas pintadas una sombra que
reconocí.. Asistí a los pases mágicos mediante los cuales los sacerdotes
obligan al alma del muerto a encarnar una parcela de sí misma en el interior de
las estatuas que conservarán su memoria. Asistí a otros exorcismos aún más extraños.
La fragilidad de la cultura
Me decía que bastarían algunas guerras con la miseria que
las acompaña y un periodo de grosería o salvajismo bajo el reinado de alhún
príncipe perverso para que los pensamientos conservados con ayuda de aquellos a
frágiles objetos de fibras y de tinta perecieran para siempre.
Escribir
El poeta solo triunfa de las rutinas y solo impone su
pensamiento a las palabras gracias a esfuerzos tan prolongados y asiduos como
mis tareas de emperador
Cristianismo
Reuní noticias sobre la vida del joven profeta Jesús,
fundador de la secta, que murió víctima de la intolerancia judía hace unos 100
años; aquel joven sabio parece haber dejado preceptos muy parecidos a los de Orfeo,
con quienes suelen compararlo. Yo no dejaba por ello de advertir ciertos
peligros. La glorificación de las virtudes de los niños y los esclavos se
cumplía a expensas de cualidades más viriles y más lúcidas. Respecto al
mandamiento que exige amar al otro como a sí mismo yo lo encontraba demasiado
opuesto a la naturaleza humana como para que fuese obedecido por el vulgo que
nunca amará a otro que a sí mismo y tampoco por el sabio que está lejos de
amarse a sí mismo
Fiestas en la Villa. Castañuelas
Me gustaba sobre todo la gimnastica sutil de las danzas;
descubrí que sentía cierta debilidad por las danzarinas de crótalos que me
recordaban la comarca de gades los primeros espectáculos a que había asistido
de niño; amaba ese ruido seco, los brazos levantados el despliegue o el
repliegue de los velos, la bailarina que deja de ser mujer para convertirse en
nube o en pájaro o en ola o en trirreme.
Las estatuas de Antinoo
Decidí ordenar una nueva estatua a Pappas de afrodisia;
le exigiría un modelado más exacto de las mejillas allí donde se ahondan apenas
bajo la sien, una inclinación más suave del cuello hacia el hombro; a las
coronas de pámpanos o a los nudos de piedras preciosas sucedería en el
esplendor de los rizos desnudos. Jamás dejaba de hacer ahuecar aquellos
bajorrelieves o aquellos gustos para rebajar su peso y facilitar su transporte.
Los que guardaban mayor semejanza me han acompañado por doquier ya ni siquiera
me importa que sean hermosas o no.
Judíos.
La décima legión expedicionaria tiene por emblema un
jabalí la insignia fue colocada en las puertas de la ciudad como es costumbre
hacerlo el populacho poco habituado a las imágenes pintadas o esculpidas de las
cuales la priva desde hace siglos una superstición harto desfavorable para el
progreso de las artes tomó la imagen por la de un cerdo y vio en aquel hecho
insignificante un insulto a las costumbres de Israel… el mismo Tineo rufo un
hombre muy sensato que no dejaba de sentir interés por las fábulas y
tradiciones de Israel decidió hacer extensivas a la práctica judía de la
circuncisión las severas penalidades que yo había promulgado poco antes contra
la castración que se referían sobre todo a las sevicias perpetradas en jóvenes
esclavos con fines de lucro o libertinaje.
El rabino Joshua hombre agradable e instruido con quien
yo había hablado muchas veces en Atenas pero que buscaba hacerse perdonar su
cultura extranjera y sus relaciones con nosotros ordenó a sus discípulos que
solo se consagrarán a aquellos estudios profanos si encontraban 1 hora que no
correspondía ni al día ni a la noche puesto que la ley judía debía ser
estudiada noche y día
Suprimí la fórmula que encabeza obligatoriamente los
comunicados oficiales el emperador y el Ejército están bien. Por el
contrario, el emperador y el Ejército estaban peligrosamente fatigados.
Premonición
El correo nocturno acaba de informarme de que habíamos
tomado posesión del montón de escombros que yo llamaba Elia Capitolina, y que
los judíos seguían llamando Jerusalén. Acabábamos de incendiar Ascalón; había
sido necesario ejecutar en masa a los rebeldes de Gaza. Ai 16 años del reinado
de un príncipe apasionado por la paz culminaban con la campaña de Palestina,
las perspectivas pacíficas del mundo del futuro no se presentaban muy
favorables
Sentándome en el lecho me calzaba los borceguíes, buscaba
a tientas mi túnica, mi cinturón y mi daga; salía luego a respirar el aire
nocturno; recorría las grandes calles regulares del campamento, vacías aquella
hora avanzada, iluminadas como las de las ciudades; los soldados de fracción me
saludaban solemnemente al verme pasar; mientras flanqueaba la barraca que
servía de hospital, respiraba el hedor de los enfermos de disentería; me
acercaba al terraplén que nos separaba del precipicio y del enemigo; un
centinela marchaba a largos pasos regulares por aquel camino de Ronda y la luna
lo recordaba peligrosamente. En aquel ir y venir reconocía el movimiento de un
engranaje de la inmensa máquina cuyo eje era yo mismo.
El futuro
“La naturaleza traiciona la fortuna cambia un Dios
mira las cosas desde lo alto”. Atormentaba con los dedos el engarce de un
anillo en el cual cierto día de amargura me había hecho grabar aquellas tristes
palabras. Allí donde un sastre
recomendaría su tela donde un calculista hábil corregiría sus errores donde el
artista retocaría su obra maestra todavía imperfecta, la naturaleza prefiere
volver a empezar desde la arcilla ,desde el caos. y ese derroche es lo que
llamamos el orden de las cosas.
Durante toda mi vida había entendido muy bien con mi
cuerpo contando implícitamente con su docilidad y con su fuerza; aquella
estrecha alianza empezaba a disolverse; mi cuerpo dejaba de formar una sola
cosa con mi voluntad, con mi espíritu, con los que torpemente me veo precisado
a llamar mi alma; el inteligente camarada de antaño ya no era más que un
esclavo que pone mala cara al trabajo… una noche en que apenas convaleciente
cometí la imprudencia de hacer un breve paseo a caballo recibí un segundo aviso más grave aún que el primero:
por espacio de un segundo sentí que los
latidos de mi corazón se precipitaban y que disminuían luego cada vez más hasta
detenerse; creí caer como una piedra en no sé qué pozo negro que sin duda es la
muerte; si lo era se engañan los que la creen
silenciosa; me sentí arrastrado por cataratas, ensordecido como un buzo por el
rugir de las aguas
Judíos
Los judíos cristianizados a quienes no habíamos molestado
y que guardan rencor al resto del pueblo judío por haber perseguido a su
profeta vieron en nosotros el instrumento de la cólera divina la larga serie de
los delirios y los malentendidos continuaba. Los más inteligentes se marcharon
a Roma y allí prosperaron judea fue borrada del mapa y recibió conforme a mis
órdenes el nombre de Palestina
Un aliento húmedo ascendía del mar; las estrellas subían una
a una al lugar que les está asignado; balanceado por el viento el navío corría
hacia el oeste rasgado por una última franja roja; una estela fosforescente se tendía tras de nosotros, muy
pronto cubierta por la masa negra de las olas. Pensaba que solo dos asuntos
importantes me esperaban en Roma, una era la elección de mi sucesorm que
concernía al imperio entero; otra era mi muerte, que solo me concernía a mí.
Muerte de su mujer.
Mi mujer acababa de morir en su residencia de Palatino. Se
felicitaba de morir sin hijos pues mis hijos hubieran parecido a mí y ella les
hubiera mostrado la misma versión que a su padre; aquella frase que supura
tanto rencor fue la única prueba de amor que me haya dado Sabina.
Apolodoro me reprochaba haber poblado nuestros templos
con estatuas tan colosales que de levantarse, romperían con la frente la bóveda
de sus santuarios, crítica estúpida que ofende a Fidias más que a mí
Verdad es que mi pasado me propone aquí y allá algunos
retiros donde escapo por lo menos a una parte de las desdichas actuales; la
llanura nevada a orillas del Danubio; los jardines de Nicomedia; Claudiópolis
envuelta en la luz amarilla de la cosecha del azafrán en flor; cualquier calle
de Atenas; un oasis donde los nenúfares se balancean en el legamo el desierto
sirio a la luz de las estrellas, de retorno del campamento de Osroes,pero esos
lugares tan queridos están frecuentemente asociados a las premisas de un error,
de una falta de algún fracaso que solamente yo conozco… La fatiga de mi cuerpo
se transmite a mi memoria; la imagen de las escalinatas de la acrópolis resulta
casi insoportable para un hombre que sofoca al subir los peldaños del jardín;
el sol de julio sobre el terraplén de Lambesa me abruma como si cayera hoy
sobre mi cabeza desnuda
Acabo de dar fin a la refundición del código comercial de
Palmira; todo está allí previsto: la tasa de las prostitutas y la adjudicación
de las caravanas que reúne en este momento un Congreso de médicos y magistrados
que deberá estatuir sobre los límites extremos del embarazo poniendo fin a
interminables querellas legales; los casos de bigamia se multiplican en las
colonias; militares me esfuerzo por persuadir a los veteranos que no hagan mal
uso de las nuevas leyes que los autorizan a casarse, y que se limiten
prudentemente a una sola esposa
Dios milagrero
Como en tiempos de mi felicidad siguen creyéndome un Dios.
Una vieja ciega ha llegado a pie desde panonia emprendió tan inmenso viaje para
pedirme que tocara con el dedo sus pupilas apagadas al contacto de mis manos
recobró la vista tal como su fervor había previsto su fe en el emperador Dios explíca
el milagro.
Un magistrado lleno de porvenir vino a discutir conmigo
un mensaje que deberá dirigir al Senado; su voz temblaba y leí en sus ojos esa
misma reverencia mezclada con temor; las tranquilas alegrías de la amistad ya
no existen para mí; me veneran demasiado para amarme
Si por milagro algunos siglos viniera a agregarse a los
pocos días que me quedan volvería a hacer las mismas cosas y hasta incurriría
en los mismos errores
AL DIVINO ADRIANO
AUGUSTO HIJO DE TRAJANO
CONQUISTADOR DE LOS PARTOS
NIETO DE NERVA
SUMO PONTÍFICE DOS VECES CÓNSUL
DOS VECES VENCEDOR