El Hechicero, de Wilbur Smith

“Taita sólo regresó al mundo de los hombres cuando su reina Lostris lo visitó en un sueño, mientras dormí­a en su cueva de ermitaño en Gebel Nagara. Habí­a vuelto a ser una doncella de quince años, fresca y núbil, rosa del desierto apenas abierta, con el rocí­o en los pétalos. Aun dormido sintió que se le henchí­a de amor el corazón, amenazando con reventarle el pecho.

-Querido Taita – le habí­a susurrado Lostris, tocándole la mejilla para despertarlo-. Tú eres uno de los dos únicos hombres que amé. Ahora Tanus está conmigo, pero antes de que tú te reúnas con nosotros tengo una tarea más que encomendarte. Nunca me fallaste y sé que ahora tampoco lo harás, ¿No es cierto, Taita?”

Así­ es como volví­ del desierto de encontrarme y aprender del Dios Horus todos los secretos que podí­a enseñarme y que me servirí­an para ayudar a devolver a Egipto todo su antiguo esplendor y a su faraón, depuesto con artimañas por uno de los hombres en los que más confiaba Naja, una cobra en la que nunca confié y que demostró que, una vez más yo Taita, el eunuco, el Hechicero…, tení­a razón.

“- Esta noche ha nacido un niño en Tebas, mi ciudad de las cien puertas. Es el hijo de mi propio hijo. Lo llamarán Nefer, que significa puro y perfecto en cuerpo y espí­ritu. Mi deseo es que lleve mi sangre y la sangre de Tanus al trono del Alto Egipto. Pero en torno al bebé ya acechan grandes y diversos peligros. Sin tu ayuda no podrá triunfar. Sólo tú puedes protegerlo y guiarlo. La destreza y los conocimientos que has adquirido en estos años, a solas en el páramo, estaban destinados únicamente a ese fin. Ve con Nefer. Ve ahora mismo, deprisa, y quédate con él hasta haber completado la tarea. Luego ven a mí­, querido Taita. Te estaré esperando….”

Y, ese niño se hizo hombre a mi lado, a pesar de que hubo quien puso todo su empeño en hacerlo desaparecer de mil maneras diferentes…, pero siempre hay quien permanece fiel a los amigos y a la memoria de Lostris y Tanus, con su ayuda quizás podamos triunfar y devolver la corona reunificada a la cabeza de Nefer… Yo, por mi parte confí­o en la ayuda de mi amada diosa Lostris… y pondré todo mi empeño en cumplir mi promesa de ayuda a Nefer. ¿Ganaremos a la poderosa cobra y conseguiremos devolver a Egipto su gloria y esplendor?

nuska

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