¿Quién no ha oído hablar del Ébola o del Marburgo? ¿Estamos realmente informados del peligro real que corremos? ¿Son virus que han surgido repentinamente o una vez más un virus de laboratorio se ha escapado al control de las manos que lo crearon?Richard Preston, catedrático y escritor especializado en temas científicos, ha investigado a fondo la amenaza de los filovirus, reuniendo una serie de datos escalofriantes que saca a la luz por primera vez en este libro.Partimos de el continente Africano, a la sombra del Monte Elgón, frontera entre Uganda y Kenia. Monet, un francés vivía allí, y decidió un día visitar la cueva de Kitum, en ella vivía una comunidad de murciélagos numerosísima, además de ser visitada por cantidad de elefantes, como resultado el suelo estaba lleno de excrementos y suciedad de murciélago y elefantes, además de muchos otros animales. No se sabe bien que ocurrió entre ellos en la cueva. Lo único cierto que se sabe es que Monet comenzó con un dolor de cabeza a los siete días, que anduvo deambulando en busca de un hospital con capacidad para atenderle. Llega al hospital de Nairobi y mientras está en la sala de espera tiene su “ataqueâ€, el agente (virus) una vez destruido por completo el organismo anfitrión, sale por todos los orificios, en busca de otro organismo. Un médico que atendió a Monet, a los nueve días, también empezó a sentirse mal, terminando de la misma manera que Monet, el virus destruye por completo el organismo. El Ejército de Estados Unidos tiene una unidad dedicada especialmente a tratar con virus de gran peligro biológico en laboratorios con nivel de bioseguridad 4. El más alto que existe, donde antes de entrar hay que ponerse un traje espacial, y para salir hay que descontaminarse totalmente. También en EEUU, dentro de una reserva de monos para experimentación, es detectado repentinamente un brote de í‰bola, este equipo, en una operación ultra secreta, se dirige a la reserva para exterminar a todos los monos, y tomar muestras del organismo letal. Una y otra vez, salen casos en cualquier parte del mundo, aunque realmente no los conocemos todos. El virus í‰bola, con una potencia destructiva capaz de acabar con la especie humana, ha salido de su escondite natural y está llamando a nuestra puerta.
nuska
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